jueves, 13 de noviembre de 2008

Ser indígena en Buenos Aires Por Tomás Natiello

A través de la historia de uno de los Barrios Tobas de Buenos Aires es posible conocer las dificultades que implica vivir la propia cultura en el marco de las ciudadesCuatro hileras de 8 casas sencillas y de gran prolijidad; chicos que van y vienen entre las callecitas de tierra y en cada puerta un rostro aindiado que saluda con gesto respetuoso y amable. El lugar rebalsa tranquilidad y a juzgar por el silencio parecería desierto, pero en este barrio humilde de la localidad de Derqui, provincia de Buenos Aires, viven más de 160 personas, todo ellos tobas, que decidieron reunirse para formar un hogar, aún estando lejos de casa. Viviendo en una ciudad, estar en una comunidad es un poco como volver al Chaco, porque en el Chaco la gente siempre vivió junta, charlando, siempre buscando el bien para el grupo, así habla Clemente López, presidente de la comunidad Daviaxaiquí y así sienten las 32 familias que forman el barrio que ya va por su noveno año de vida. Sin embargo, esta historia tiene su origen a principios de los 80, cuando la falta de trabajo obligó a muchos aborígenes , y en general a muchos pobres, a emigrar en busca de mejores condiciones de vida. Así, algunos de los que hoy viven en Derqui dejaron la tierra de sus abuelos para establecerse en Buenos Aires. Después llegó el tiempo de reencontrarse y organizarse, de construir un barrio íntegramente toba. El origen. Para entender la historia del barrio hay que pensar en tres momentos: la llegada a Buenos Aires, el reencuentro con los hermanos del mismo pueblo y la organización. Pero qué mejor que los mismos hombres que vienen luchando juntos desde hace años para contarlo. Clemente López, Felipe Cerón y Máximo Jorge son tres miembros de la comunidad que suelen responder a reportajes para que la gente que lea un reportaje sepa como piensa y como vive el aborigen, que tenga información, según dijo Máximo. Felipe explica que lo que los trajo acá fue falta de trabajo en el Chaco y al no tener una tierra propia, uno emigra a las ciudades para buscar posibilidad de trabajo, ese es el problema actual que vive la comunidad toba. Eso y no tener el título de propiedad.El tema de la tierra es fundamental para los tobas y la falta de espacio es un problema grave que sufrieron tanto en Mataderos como en Ciudadela, los barrios en los que se asentaron estas familias al llegar a Buenos Aires. Instalados precariamente, no tenían lugar para que los chicos se criaran como en el monte, libremente. Y por otra parte, los padres no dejaban a los chicos andar de un lado a otro, porque había cosas que no nos gustaban dice y hablan de drogadicción , violencia, etcétera. Nosotros respetamos mucho y no queremos problemas, simplemente queremos mejorar , queremos trabajar, pero como comunidad, cuenta Máximo. Era algo un poco triste, - cuenta Clemente López- porque en ese momento los chicos que estuvieron con nosotros perdieron lo que es vivir en una comunidad, Y eso mismo es lo que decidieron formar en 1995.Entonces, dice Felipe todavía vivíamos en Mataderos, Ciudadela, pero había instituciones que acompañaban como Asociación Madre Tierra, del Obispado de Morón y el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen.. Y tuvimos todos los contactos e hicimos el trámite para tener la adjudicación de la tierra. Ellos firmaron un papel con nosotros y se hizo la mudanza a fin del 95, y después se iba mudando cada familia. En mayo del 96, el gobierno aprobó el proyecto de las viviendas por autoconstrucción. Nosotros no entendíamos el oficio de la construcción, pero acá nos capacitamos y aprendimos el oficio. Siete años más tarde, la comunidad Daviaxaiquí sigue soñando con nuevos proyectos y enfrentando realidades para nada simples. El presente: La subsistencia y la defensa de la cultura están íntimamente ligadas al trabajo. La comunidad vive de la venta de artesanías, ese es el único ingreso de la mayoría. Algunos salen los fines de semana a vender en las ferias de Buenos Aires y otros recorren colegios, donde además de la venta se dedican a la difusión de su cultura. Como explica Máximo, los chicos van a ser el futuro gobierno y nosotros siempre estamos a la par de los docentes, porque nosotros vemos que un libro cuenta otra cosa y al escuchar un verdadero aborigen tienen otra información más real. En Buenos Aires, los tobas de Derqui se sienten entre dos mundos, huérfanos de su tierra, pero tan cerca como nunca estuvieron de dar una educación a sus hijos. Y su intención es que los más jóvenes se integren a la sociedad mediante el estudio, que estén actiualizados, según ellos dicen, pero que no pierdan las raíces. Y para lograrlo, cada padre se toma el tiempo de hablar con sus hijos, de transmitirle la memoria de su pueblo y de enseñarle quiénes son, qué los distingue: lo comunitario, dice Felipe Cerón y el idioma, las tradiciones, agrega Clemente LópezVecinosEn Derqui siempre hay gente de visita. Desde la Fundación Agustín Pichot que donó árboles para cada una de las casas, hasta un equipo de enfermeros solidarios que brindan un servicio de atención médica gratuita. También una pareja de alemanes, profesores de tango y enamorados de la Argentina financian a través de las clases que dan en su país un proyecto para la construcción de una huerta comunitaria. Pero las visitas más importantes son las de los otros tobas que viven en Buenos Aires. Algunos están en General Pacheco, a norte de la Capital; otros en Dock Sud y La Boca; en Adrogué y en La Plata. A fines de 2002, algunos integrantes de cada comunidad se encontraron para un taller de capacitación legal dictado por la Asesoría Jurídica de Endepa en la propia comunidad Daviaxaiquí. Entonces, como ahora, estuvo flotando la idea de organizarse para convertirse en una federación de comunidades o alguna figura similar. En el fondo, es nada más que la continuación de esa necesidad que dio nacimiento a cada una de estas comunidades: lejos de casa, lejos de la tierra, la comunidad pasa a ser la referencia ineludible para seguir viviendo la cultura, también en la ciudad. Equipo Nacional de Pastoral Aborigen. difusion@endepa.org.ar Gentileza:: ENDEPA endepa@endepa.org.arhttp://www.paginadigital.com.ar/articulos/2003/2003sept/noticias9/3713-10.asp

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